"ARTIVISMO", CREATIVIDAD Y CAMBIO POLÍTICO EN ESPAÑA

“Con el 15M surge la necesidad de innovar en las formas de protesta y las de lucha para animar a los ciudadanos indignados que no eran activistas, a aquellos dispuestos a salir a las calles, aunque no bajo la forma típica. Aparece ahí la imaginación colectiva para movilizarlos”, recuerda Mónica Hidalgo, portavoz de No Somos Delito.

 Esta plataforma ciudadana conformada por más de 100 colectivos nació en 2012 a la sombra del primer borrador de reforma del Código Penal, seguido inmediatamente por la Ley de Seguridad Ciudadana (ambos en vigor desde julio de 2015). “Nuestro objetivo es derogar estas leyes conocidas como Leyes Mordaza”, afirma Hidalgo a Equal Times, algo potencialmente más factible tras la reciente aprobación en el Congreso de una moción del PSOE para hacerlo.

 “Nuestro grupo de teatro ha sido una forma de llegar a los no-activistas, de llevarles el mensaje de lo que suponen las Leyes Mordaza. Ha hecho muchas actuaciones en la calle, metro, en espacios asamblearios del 15M, (en espacios) ocupados, performances parodiando su absurdez pero también su represión. Esto nos ha ayudado a captar a personas que no son activistas dispuestos a hacer desobediencia civil, pero sí a contribuir con su granito de arena”, explica.

 

Aunque la “acción estrella” de No Somos Delito, con un “impacto estimado de más de 800 millones de personas”, asegura su portavoz, fue la manifestación de hologramas por la libertad.

 Esta acción “rompió nuestro techo mediático en España e internacionalmente. Conseguimos que incuso el NYT criticara las Leyes Mordaza, aunque sirvió de poco porque no se modificaron”, comenta Hidalgo. “Al menos hizo que el Gobierno estuviera más alerta para ver cómo las aplicaba porque el mundo sabe que estas leyes existen”, señala.

 “Primero, por agotamiento. Durante cuatro años muy intensos la gente ha estado muy activa y al final no ha habido grandes cambios. Después, la aparición de (la agrupación política) Podemos, tomada con esperanza, como ‘ya llegan a las instituciones y van a cambiarlo todo’. Los llamados ‘ayuntamientos del cambio’ son los del ‘no cambio’ en muchos casos. En Madrid, por ejemplo, el trato que se está dando a los espacios liberados y ocupados es bastante criticable”, denuncia Hidalgo.

 Los espacios sociales: claves para organizar la respuesta colectiva

 Además de los factores señalados por la portavoz de No Somos Delito, la desaparición de espacios donde los colectivos y movimientos surgidos del 15M se reunían es clave.

 “Eran los sitios del empoderamiento ciudadano, donde reunirnos, crear, compartir y usar el imaginario colectivo para luchar. Solo en 2016 en Madrid han desalojado Patio Maravillas y la Morada y otros muchos, como la Enredadera, están en peligro. Te impiden reunirte, organizar asambleas, manifestaciones, la construcción colectiva en definitiva. La unión hace la fuerza, pero como ya no hay centro social de reunión común, no hay una unidad de convocatorias ni de luchas. (…) Además, esa interactuación entre colectivos potenciaba la capacidad creativa: si alguien tenía una idea y a nosotros no nos valía, a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca sí. Cuando ves a más personas tan indignadas como tú, eso te empodera, te anima a participar”, expone.

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